Para hacer la masa mezclamos la harina, la mantequilla /(bien fría y en dados), la sal y las hierbas finamente picadas. Con las yemas de los dedos trabajamos la masa hasta integrar los dados de mantequilla y obtener una textura terrosa.
Incorporamos el agua fría hasta que la mezcla se una en una masa uniforme. Formamos tres bolas, las aplastamos y las envolvemos en papel film. Guardamos en la nevera mientras preparamos el relleno.
Limpiamos las setas con un trapo húmedo, retirando los posibles restos de suciedad y tierra. Cortamos por la mitad y, después, laminamos en tiras de medio centímetro. Picamos la cebolla y pochamos en una sartén con la mantequilla durante cinco minutos. Añadimos las setas y sofreímos a fuego medio alto durante un minuto. Retiramos y dejamos atemperar.
Precalentamos el horno a 190 ºC, con calor arriba y abajo. Cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal o un tapete de silicona. Mezclamos la nata con el queso crema y añadimos una pizca de nuez moscada.
Espolvoreamos una superficie de trabajo con harina y extendemos los discos de masa. Repartimos la mezcla de nata y queso crema sobre ellos, dejando un borde externo de unos tres centímetros sin cubrir para poder doblarlo. Cubrimos con el relleno, el queso gorgonzola en dados y un poco de tomillo fresco.
Doblamos el borde hacia arriba y sobre el relleno, plegando según sea necesario. Batimos el huevo y pincelamos el borde de masa de cada galette. Horneamos durante 40 minutos o hasta que estén doradas. Servimos templadas.
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